CULTURA DE LA BONDAD DEBE ESTAR EN EL CENTRO DE LA TRANSFORMACIÓN DE SINALOA: FELICIANO CASTRO

La mayor riqueza cultural que tenemos en Sinaloa y que hoy puebla las ciudades de nuestro estado, es la cultura de la bondad, y todos los que estamos en la política debemos poner en el centro justamente esta herencia, que no es otra cosa mas que el soporte de una nueva dimensión de la política: el humanismo solidario, expresó el diputado Feliciano Castro Meléndrez.

El presidente de la Junta de Coordinación Política dijo lo anterior al dar un mensaje, durante la entrega del Premio a la Mujer Rural Sinaloense, en su primera edición.

Ahí, anunció que el Congreso convocará a un encuentro de artesanas y artesanos, en respuesta a petición que hizo la ganadora del premio, la señora Juliana Zepeda Pérez.

En su intervención, Feliciano Castro reconoció que fue la 63 Legislatura la que instituyó el premio, y agradeció por ello la presencia de cuatro diputadas de esa Legislatura: Graciela Domínguez Nava, Flor Emilia Guerra Mena, Cecilia Moreno y Geraldine Bonilla.

Dirigiéndose a la galardonada, la retrató con un poema de Miguel Hernández:

“Me llamo barro, aunque Juliana me llamen

barro es mi profesión y es mi destino”.

Además, aseguró que Juliana Zepeda condensa a la mujer rural sinaloense.

Precisó que en su figura se condensan muchas mujeres de Sinaloa, entre las que citó a Esther Mejía Castro, Paula Moreno, Raquel López Esparza, Camila Dimas y Amalia Núñez.

Ciertamente, agregó, Sinaloa es ya una sociedad urbanizada, pero aclaró que sus raíces están en el medio rural.

Recordó como algunas decenas de años atrás era común observar en las comunidades rurales a las mujeres de cañagual y cántaro que bajaban a los arroyos a llevar agua a sus casas.

De igual manera recordó que muchas mujeres se dedicaban a hacer ollas, cántaros, tinajas, que servían para acarrear el agua o para guardarla.

Es por eso, dijo, que la señora Juliana condensa a las mujeres rurales, a las mujeres campesinas.

Esas mujeres, resaltó, son portadoras de la cultura de la bondad, y esta es la mayor riqueza de Sinaloa y que hoy puebla las ciudades de Sinaloa.

“Esto es justamente a lo que nos convoca las reflexiones de doña Juliana el día de hoy”, expresó al hacer referencia al discurso de la galardonada cuando hizo uso de la voz.

Puntualizó que por lo menos en las tres últimas generaciones las ciudades de Sinaloa están conectadas emocional y sicológicamente con el medio rural,  “y esa es la gran esperanza de Sinaloa, porque el reto mayor es la transformación cultural de nuestro estado”.

Este proceso de interculturalidad, añadió, es razón para plantearnos transformar a Sinaloa.

“O el cambio es cultural o no se da. Cualquier actividad de carácter económico, material etcétera, tiene que pensar en esta nueva dimensión de la política”, remarcó.

Tenemos cultura —añadió—, y esta cultura es la que nos convoca. Gracias doña Juliana por compartirnos esta tradición y esta cultura.

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