Poeta desde niño, forjado por las hojas de tamal y las largas caminatas para vender este producto por la calles de su natal Mocorito, Alan Bojórquez Mendoza recibe ahora, a sus 27 años de edad, un reconocimiento más en su vida profesional: el Premio al Mérito Artístico de parte del Congreso del Estado de Sinaloa.
Poeta y promotor cultural, mantiene vigente entre cerros y lejanas rancherías su proyecto “Poemas para todos” con una biblioteca itinerante trotamundos, con el lema “es mejor traer un libro bajo el brazo que un arma colgando”.
El joven laureado nació el 21 de abril de 1992, en Mocorito. A los 12 años escribió un poema acerca del mar que gustó a todos sus compañeros de clases y lo votaron como el mejor del grupo escolar.
“Desde ese momento brotó en mí la necesidad de seguir escribiendo, pero también el amor por la lectura de poemas”, narró.
Dos años después ganó el Premio de Poesía en el Certamen de los Juegos Florales del Carnaval de Mocorito, y con ello se convirtió en el poeta más joven en obtener este galardón.
Con el paso de los años obtuvo otro premio similar, en un plano nacional, en la ciudad de Guamúchil y después el galardón nacional “Timón de Oro”, que recibió en Mazatlán.
Luego ganó el premio de Poesía en el Concurso Nacional Literario ANUIES, el cual lo recibió en Cuernavaca, Morelos, y después se estrenó como poeta en el ámbito internacional al ganar el primer lugar en el Concurso Internacional de Poesía Castillo de Duino, apenas en el 2018, con su obra “Cita con la muerte”. Este evento fue patrocinado por la Unesco y tuvo que trasladarse a la ciudad de Trieste, Italia, a la que se le conoce como “La Ciudad de los Poetas”, para recibir dicho premio.
Sin más recursos que el amor por la literatura, ha participado en diversos festivales y encuentros literarios, tanto en el interior de la República Mexicana: Monterrey, Ciudad de México, Veracruz, Estado de México; como en otros países: Italia, Argentina, Uruguay y Guatemala. Asimismo, se ha presentado en el Palacio de Bellas Artes.
A la fecha ya es autor de tres libros de poesía y de más de 600 poemas inéditos, y parte de esta obra ya ha sido traducida al italiano y al inglés.
“Lo que ves aquí, dice refiriéndose a su persona, es lo que resulta de una familia que es producto de la cultura del esfuerzo. Mis padres son comerciantes. Mi madre toda la vida ha tenido que elaborar y vender tamales en las calles de Mocorito para sacar adelante a sus hijos, de los cuales soy el menor”.
Está tan convencido de que debe seguir recorriendo las comunidades serranas llevando su poesía y fomentando la lectura, porque hacerlo es regresarles a las comunidades o regresarle a la ciudadanía “lo mucho que he recibido de la educación pública. Hay que decirlo: la educación pública es resultado de todos aquellos impuestos que como mexicanos, como sinaloenses, como mocoritenses, pagamos”.
El poeta asegura que la mayor de sus satisfacciones es la sonrisa de los niños, al tener en sus manos el libro “Hay niños que se visten de superhéroes en mi barrio”, conscientes de que es el mismo autor quien se los lleva, presenta y entrega de forma gratuita, hasta sus escuelas en aquellas comunidades alejadas y vulnerables.
“Vulnerables simplemente por las condiciones físicas: escuelas que van desde un tejabancito de lámina o con paredes de palos y techos de plástico negro, donde los niños tienen que tomar sus clases. Sabemos que en Sinaloa vivimos un calor infernal, ahora esos niños que tienen que permanecer bajo un plástico negro, y todos los días estarse preparando”.
Esta historia se complementa por el hecho de que ese libro fue financiado con esfuerzos de la familia y con el apoyo de la editorial Trajín Literario.
Quizás, Alán Bojórquez ya hubiera sido galardonado con el Premio al Mérito Artístico, de no ser porque en la edición del 2017 envió su expediente al Congreso del Estado por la paquetería de Correos de México. Llegó después de haberse vencido el plazo para el registro de expedientes.
Ahora que lo recibe. Asegura que lograrlo es todo un compromiso de seguir trabajando e inspirar a más jóvenes, no sólo a ganar más premios, sino a dar lo mejor de uno siempre.
Ello, a pesar de que advierte hay una juventud un poco manipulada con esto de las redes sociales. “Y lo digo por mi experiencia de cuántas veces no he estado en el celular y he dejado ir muchísimas oportunidades por ocupar mi tiempo en cosas que no me resultan nada benéficas”.
Los galardonados del Premio al Mérito, confiesa, “entramos a una vida pública en donde se nos va a seguir la huella, porque para los jóvenes y niños que vean este tipo de videos, estas entrevistas, vamos a ser también un ejemplo de inspiración para ellos. Y ese es un compromiso muy grande, porque no podemos fallar, no nos podemos dar la oportunidad de hacer las cosas mal”, enfatizó.