Mazatlán, Sinaloa, 7 de noviembre de 2025.- El telón del Teatro Ángela Peralta se abrió para revelar una producción mágica y deslumbrante del Festival Cultural Mazatlán 2025: “La Cenicienta”, ballet interpretado por la Compañía Ballet de Mazatlán y la Escuela Municipal de Ballet Clásico, bajo la dirección artística de Zoila Fernández, con música en vivo a cargo de la Camerata Mazatlán, dirigida por el maestro Sergio Freeman.
Desde los primeros acordes, la orquesta atrapó al público con el dramatismo y la elegancia de la música de Prokófiev, que combina la fantasía de los cuentos con la fuerza expresiva del ballet ruso. Bajo la dirección de Freeman, la Camerata dio muestra de su gran cohesión y sensibilidad artística: los violines de Nina Farvarshchuk, Alain Valencia, Janett Acosta y Emmanuel Quijano tejieron melodías llenas de ternura; las violas y violonchelos aportaron calidez y hondura emocional; mientras que los metales, las maderas y la percusión —con músicos como Max Carreón, Mauro Delgado, Juan Carlos Chavarría y Edgar Rubio— imprimieron vigor y majestuosidad a las escenas del baile real y de la transformación mágica.
En el escenario, los bailarines dan vida a un clásico de la danza universal con gracia, precisión y carisma. Sandra Fernández Hernández y Martha Alcaraz alternan en el papel de Cenicienta, mientras que Óscar Treto Hevia y Carlos Claramunt encarnan a un Príncipe lleno de elegancia y virtuosismo técnico. Sus pas de deux irradiaron romanticismo y dominio escénico, logrando momentos de gran lirismo.
La madrastra, interpretada por Gean Lee Panchi Balseca, y las hermanastras, Aramara Ayala Verde y Mariana Romero Iribe, aportaron un tono teatral y cómico que hizo reír al público.
Uno de los momentos sorprendentes de la noche fue la aparición del carruaje dorado de Cenicienta, una imponente pieza escénica que emergió entre luces suaves y destellos de ensueño. A bordo de él, la protagonista llegó al palacio para protagonizar junto al Príncipe un baile lleno de elegancia y romanticismo. Ambos ejecutaron un pas de deux de exquisita precisión, con movimientos que parecían flotar al compás de la orquesta, logrando uno de los momentos más conmovedores del espectáculo.
Las hadas, interpretadas por Pamela Aguirre Talavera, Stephany Martínez Hurtado y Martha Alcaraz, llenaron el escenario de brillo y magia, acompañadas por un cuerpo de baile conformado por jóvenes y niñas de los niveles Propedéutico y Técnico Medio de la Escuela Municipal de Ballet del Centro Municipal de las Artes, quienes mostraron una admirable madurez artística. Su presencia en escena fue símbolo del fruto del trabajo formativo que el Instituto de Cultura de Mazatlán impulsa: generaciones que, con disciplina y pasión, ya brillan en uno de los escenarios más emblemáticos del país.
La escenografía de Víctor Carrizales recreó un palacio de cuento, y el taller de vestuario del Instituto Municipal de Cultura dio vida a un universo visual lleno de brillo, tules, bordados y tonos pastel que transportaron al público al reino de la fantasía.
La utilería a cargo de Ángel Moreno y Antonio Arias, junto con la impecable iluminación escénica, completaron la atmósfera de ensueño.
“La Cenicienta” fue, en suma, una producción orgullosamente mazatleca, que unió la disciplina de la danza clásica con el talento musical local para ofrecer un espectáculo de primer nivel. Con cada salto, giro y nota, el público fue testigo de que los sueños, cuando se trabajan con pasión, sí pueden hacerse realidad.
Este sábado 8 de noviembre a las 8:00 pm se presenta la segunda y última función de la Cenicienta en el TAP. Boletos en taquilla. Tel. 669 92 4446 ext. 103. Taquilla digital 669 120 00 20.
